Tomar la decisión de emigrar no es fácil, mucho menos cuando tienes una familia, pero menos aún cuando tienes un integrante de la familia que tiene una condición especial. En nuestro caso particular, nos tocó emigrar con un niño con Autismo. Para las personas que no lo saben, los cambios (por más mínimos que sean) son detonantes de crisis para las personas que están dentro del Trastorno de Espectro Autista, sin embargo ya llevamos 9 meses en Quito y hemos sobrevivido a los cambios, nuestro hijo se ha adaptado muy bien y la verdad, en los 7 meses que lleva en su nueva rutina hemos visto muchos avances, saltos y mejorías increíbles. No ha sido fácil, no lo es, en el camino te encuentras con buenas y malas personas, te pasan cosas buenas y malas, pero todo esto se resume en un gran aprendizaje, a la semana de haber llegado pasamos por crisis fuertes y dudaba de mi decisión, me quería regresar, pero hemos sido fuertes y hasta ahora, el intercambio cultural es algo que te enriquece muchísimo, algo que te cambia la vida, y el ver a mi hijo en mejores condiciones, nosotros tener más tranquilidad (aunque con más esfuerzo), sentimos que ha valido la pena. No puedo recomendarles que emigren o no, no puedo tomar esa decisión por ustedes, pero para las personas que están pensando emigrar, les dejo lo que hemos aprendido de nuestra experiencia y mis recomendaciones.
Si ya evaluamos nuestras opciones en el destino final como el sistema de salud, los costos de las medicinas, terapias, instituciones, entre otros, debemos tomar en cuenta que no todo es como parece, no toda la información en Internet está actualizada y muchas veces hay más restricciones para nosotros los que ahora nos llamamos inmigrantes. Mis recomendaciones principales para tener un "Plan B" y sobrevivir al menos los 2 primeros meses son:
1. Habla con tu pediatra para actualizar el peso/edad del peque y hagan en conjunto una lista de medicamentos básicos con las dosis correctas (Acetaminofén, antialérgicos, probióticos, etc.)
2. Trata de llevarte varios frascos de estos medicamentos para que los tengas de reserva, en caso de no poder llevarlos, asegúrate las posibles variaciones de nombres o composición química (con el pediatra) para que busques los sustitutos en el país destino
3. Lleva un kit de primeros auxilios, con banditas, alcohol, gasa, adhesivo, etc., es importante pues, los accidentes pasan
4. Si tu hijo hace Régimen de Alimentación Especial lleva también una reserva de alimentos permitidos, esto te dará tiempo para ubicar otros alimentos permitidos y adaptar a tu hijo en la transición de comidas
5. Aunque parezca una locura, trata de llevarte todo lo que esté dentro de tus posibilidades (sábana/edredón, almohadita, mantita, stickers de decoración, el aro de básquet, etc.) para que al llegar puedas adaptar a tu hijo su nueva habitación como era la anterior, así reducimos la ansiedad
6. No olvides el afianzador. Siempre lo hay y debes tenerlo a mano en todo momento, ya sea el peluche o muñeca que siempre carga encima, la mantita o almohadita, etc. Es ese objeto sagrado de nuestro hijo.
1. No intentes ocultar tus sentimientos ante tu peque, así tenga una condición especial ellos lo saben, ellos lo sienten y ellos también absorben tu estado de ánimo, trata de mantener la calma pero llora cuantas veces quieras y si él te ve explícale lo que sientes y por qué lloras, así pienses que no te entiende, así el no te conteste o te mire a la casa. Si tu peque llora déjalo drenar y explícale con palabras lo que siente: "estás asustado pero estoy aquí", cuando lo sientas inquieto préstale atención así sea un minuto y cálmalo.
2. No importa si te tardas más o es menos práctico pero incorpora a tu peque en las actividades de hacer maletas, que escoja las cosas que se quiere llevar (recuerda que su vida también la estás cambiando), que se sienta parte y no sienta que armas las maletas sin él, puede tener el sentimiento de: ¡Mi mamá me va a dejar!
3. No dejes para última hora las cosas importantes como permisos de viaje, poderes y papeles del gobierno, firmas de documentos, etc. Es lo primero que debes arreglar, deja para el final las cosas que tengas que comprar y hazlo junto a tu peque para que también elija
4. Trata en lo posible tomarte unos días para arreglar maletas, despedirte de familiares con calma y que tu peque esté contigo en todo el proceso, explícale lo que hacen: "despídete de tus tíos que nos vamos de viaje, ayúdame a guardar tus cosas en las maletas que nos vamos de viaje", hazlo con la mayor calma posible para que tu peque sienta que tienes el control de la situación, es inevitable llorar al despedirse y sentir miedo, pero no pienses en lo que dejas sino en lo que te espera, en la razón por la cual estás cambiando de país y transmíteselo a tu hijo: "extrañaremos este parque, pero a donde vamos hay uno más bonito, extrañarás tu cuarto, pero a donde vamos tendrás otro mejor"
5. Llega una hora más temprano de la que deberías para que puedas despedirte sin apuros. Cuando ya te hayas despedido y estén en la parte de adentro del aeropuerto, respira profundo y comienza a hablar de las cosas bonitas y divertidas, mantén buen humor
6. No olvides llevar suficientes snacks para tu peque, sus afianzadores y reforzadores, es decir, toda la caballería pesada, en mi caso fue la tablet full de películas, Coco El Oso y chucherías orgánicas.
Siempre recuerda que a donde esté papá y mamá el niño se sentirá bien, lo importante es estar juntos y mantener la calma, son cambios fuertes pero siempre hay que ser positivos y darles el ejemplo emocional a nuestros peques.