El Autismo es un trastorno del desarrollo que altera la interacción social, la comunicación (verbal y no verbal), el desarrollo sensorial (afecta la sensibilidad de los 5 sentidos) y restringe el comportamiento desarrollando estereotipias (movimientos repetitivos). No es una enfermedad y tampoco tiene cura ya que, es una condición de vida con la que se nace y se va desarrollando en el crecimiento, sin embargo, las afecciones de esta condición son reversibles hasta en un 90% dependiendo del nivel de intensidad de las mismas y la correcta intervención temprana. Es por esto que se llama Trastorno de Espectro Autista (TEA) o en inglés Autistic Spectrum Disorder (ASD).
Los últimos datos de la Red para la Vigilancia del Autismo y las Discapacidades del Desarrollo (ADDM, por sus siglas en inglés) de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos muestran que la cantidad estimada de niños a los que se les han diagnosticado como TEA sigue aumentando y que su imagen y percepción en las comunidades y su entorno ha cambiado.
A pesar de que las cifras tienen un aumento alarmante, estos últimos datos podrían ayudar mucho en la concienciación sobre la condición, es importante usarlos para promover la detección temprana para que cada vez se planifiquen y se actualicen los centros de salud, educativos y todo tipo de servicios prestados a la comunidad, de esta manera se puede trazar una línea guía de investigación, información y elaboración de planes y normas para que los niños con TEA y sus familias reciban el apoyo necesario.
Actualmente la ADDM de los CDC siguen haciendo seguimiento a las estadísticas cambiantes del TEA y sus características, su ojo está enfocado en las causas que pone a los pequeños en riesgo y se sigue promoviendo la detección temprana que hasta ahora, ha sido el arma más poderosa para lograr avances y mejor calidad de vida para estas personas.
A continuación les comparto las 10 cosas importantes que deben saber sobre las últimas actualizaciones del diagnostico de autismo:
**Las siguientes estimaciones se basan en información obtenida de los registros de salud y educación especial de niños que tenían 8 años y vivían en áreas de Alabama, Arizona, Arkansas, Carolina del Norte, Colorado, Georgia, Maryland, Misuri, Nueva Jersey, Utah y Wisconsin en el 2010. Cuya publicación fue en el año 2014, aún seguimos esperando las actualizaciones para fines del 2016
A cerca de 1 de cada 68 niños (o 14.7 por cada 1000 niños de 8 años) le han detectado TEA. Es importante recordar que esta estimación se basa en niños de 8 años que vivían en 11 comunidades. La cifra estimada no representa a toda la población de niños en los Estados Unidos ni en el resto del mundo.
Esta estimación es aproximadamente un 30 % más alta que la cifra estimada en el 2008 (1 de cada 88), 60 % más alta que la cantidad estimada en el 2006 (1 de cada 110) y 120 % más alta que las estimaciones en el 2002 y el 2000 (1 de cada 150). No sabemos qué está causando este aumento. Parte del aumento puede deberse a la manera en que se detectan y diagnostican estos trastornos, y a la forma en que se atiende a los niños en sus comunidades locales; sin embargo, se desconoce exactamente en qué medida influyen estos factores.
La cantidad de niños a los que les han detectado TEA varía ampliamente según la comunidad, de 1 de cada 175 niños en áreas de Alabama a 1 de cada 45 en áreas de Nueva Jersey.
Casi la mitad (46 %) de los niños a los que les han detectado TEA tenían una capacidad intelectual promedio o superior al promedio (CI mayor a 85).
Los niños varones tenían casi 5 veces más probabilidades de que les detectaran TEA que las niñas. A cerca de 1 de cada 42 niños y 1 de cada 189 niñas les han detectado TEA.
Los niños de raza blanca tenían más probabilidades de que les detectaran TEA que los niños de raza negra o los hispanos. A cerca de 1 de cada 63 niños de raza blanca, 1 de cada 81 niños de raza negra y 1 de cada 93 niños hispanos les han detectado TEA.
Según las primeras investigaciones, los niños de raza negra e hispanos a los que les han detectado TEA tenían más probabilidades que los niños de raza blanca de tener discapacidad intelectual. Investigaciones previas han mostrado que los niños a los que les han detectado estos trastornos y discapacidad intelectual tenían una mayor cantidad de síntomas de TEA y menor edad cuando recibieron el diagnóstico por primera vez. A pesar de la mayor carga de discapacidades intelectuales concurrentes en los niños de raza blanca e hispanos con TEA, estos nuevos datos muestran que no hubo diferencias entre los grupos raciales y étnicos respecto de la edad a la cual recibieron el diagnóstico por primera vez, al igual que la probabilidad de tener discapacidad intelectual.
Menos de la mitad (44 %) de los niños a los que les han detectado TEA habían sido evaluados a raíz de preocupaciones sobre su desarrollo antes de cumplir 3 años.
La mayoría de los niños a los que les han detectado TEA no recibieron un diagnóstico hasta después de haber cumplido los 4 años, aun cuando estos trastornos se pueden diagnosticar a partir de los 2.
Aproximadamente el 80 % de los niños a los que les han detectado TEA habían recibido servicios de educación especial para autismo en la escuela o un diagnóstico de TEA de parte de un médico. Esto significa que el 20 % restante de los niños a los que les han detectado TEA tenían síntomas documentados en sus registros, pero no habían sido clasificados como niños con TEA por un profesional de la comunidad en la escuela o el consultorio.
Información fuente: Centers for Disease Control and Prevention of USA