Hoy en día encontramos diferentes investigaciones que involucran los trastornos del espectro autista (TEA), estas hacen referencia de sus posibles causas, síntomas y profesionales de la salud que intervienen de forma positiva, es muy común escuchar el abordaje del terapeuta ocupacional, nutricionista, psicólogos y terapeutas de lenguaje, pero muy rara vez observamos la palabra fisioterapia unida al autismo.
Esto se debe a que la mayoría de las alteraciones son de índole sensorial, social y lingüístico, pero algunos padecen déficits motores que pueden ser abordados desde la fisioterapia pediátrica, si la intervención es precoz la plasticidad cerebral sería la protagonista para incidir positivamente en el desarrollo y calidad de vida de estos pequeños.
En el 2007 Ming y Brimacombe realizaron un estudio donde indicaron que más del 50% de los niños con TEA padecían hipotonía moderada aislada, para un mejor entendimiento de los padres es la sensación de niños aguaditos o flojos al abrazar y muy flexibles. Además se une el retraso en la adquisición de movimientos naturales (Ejemplo: Bajar las escaleras alternando los pies), y dificultades en la adquisición de la motricidad fina (agarre entre índice y pulgar). En el 2012 se realizó otro estudio por parte de Lane y Harpter que habla sobre la alteración de los movimientos sincronizados durante la marcha, pueden estar ausentes o ser precarios en un 19% de los casos.
Teniendo en cuenta las investigaciones anteriores el fisioterapeuta puede plantearse diferentes objetivos y tratamientos en el abordaje del TEA, todo dependerá de las condiciones del niño trabajando desde coordinación, propiocepcion y equilibrio hasta higiene postural, motricidad fina y marcha. Es importante acotar que las alteraciones sensoriales o motoras pueden incidir negativamente en las relaciones sociales, provocando rechazo hacia los compañeros y adultos del entorno, pero esto no es una regla y puede cambiar drásticamente de un caso a otro.
Actualmente se plantea la necesidad de incorporar al profesional de fisioterapia en el equipo multidisciplinario para el TEA, ¿Por qué? Para intervenir en las alteraciones vinculadas a la psicomotricidad, para potenciar la interacción entre lo físico y lo afectivo, e incidir positivamente en el desarrollo global del niño.
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