Una crisis simplemente es la reacción a los cambios inestables que presenta una realidad dentro de la cual nos sentimos cómodos. Una Crisis Sensorial es cuando alguno o varios de los 5 sentidos se ven afectados por cambios bruscos que sobrecargan su función y por ende causan dolor intenso, ansiedad, irritación, desesperación y en el caso de los niños que les cuesta comunicarse les causa frustración intensa.
Imagínate que de un segundo para otro escucharas un ruido tan agudo que te diera migraña y no pudieras expresarte para pedir ayuda ¿No gritarías, llorarías y patalearas desesperado? o si entraras a una tienda de electrodomésticos con 20 televisores encendidos en 20 canales diferentes todos a volumen alto y tu trataras de ver y escuchar sólo un canal ¿No te sentirías abrumado, cerrarías los ojos y te taparías los oídos? Pues así se sienten nuestros niños, por eso se alteran tanto y es por esto que debemos actuar de manera diferente a una pataleta, porque no está siendo un "niño malcriado", está sintiendo dolor, pánico, ansiedad, desespero, etc.
Recordemos que una de las afecciones más fuertes y difíciles del Trastorno de Espectro Autista es la hipersensibilidad sensorial, esto quiere decir que nuestros niños pueden experimentar sensaciones hasta 10 veces más intensas de como lo hacemos nosotros, por eso a veces los abrazos duelen (no es que sean odiosos), por eso para algunos la piña y la menta les parece picante y les quema (no son exagerados), por eso no les gustan los centros comerciales (les da pánico, ansiedad), entre otros.
¿Cómo prevenir una Crisis Sensorial?
La anticipación es la clave. Lo primero que debemos hacer los padres para poder prevenir las Crisis Sensoriales es identificar cuáles son los sentidos que presentan mayor hipersensibilidad en nuestros hijos y sensibilizarlos poco a poco para ir bajando las reacciones. No los vamos a "curar", no es que se les va a "quitar", les vamos a educar los sentidos para que se adapten al entorno que no podemos cambiar, los vamos a enseñar a tolerar y a manejar mejor las sobrecargas sensoriales.
Una vez identificadas las hipersensibilidades debemos identificar lo que les molesta en sí para poder sensibilizar y lograr una mejor tolerancia. La sensibilización consistirá en crearle consciencia al niño sobre lo que le molesta, qué es, porqué suena/brilla/sabe así, enseñarle para qué sirve y ponerlo en el mismo entorno poco a poco, subiendo intensidad o cercanía hasta que el niño tolere el estímulo y deje de molestarle o al menos le moleste menos.
Ejemplo: mi hijo tiene hipersensibilidad en el gusto, pero sólo con las texturas blandas como papillas, gelatinas, jugos, cremas, etc. Para sensibilizarlo comencé haciendo gelatinas duras con trocitos de su fruta favorita adentro y dejé que jugara sacándolos con la mano, la curiosidad hizo que probara la gelatina y le fue gustando, luego le hacía la gelatina cada vez más blanda, hoy en día le gusta la gelatina, el jugo de mora y el budín de chocolate. También trabajamos la parte táctil con masajes relajantes, guantes de baño, granos y varias texturas, hoy en día es capaz de abrazar y besar, saludar a las personas estrechando la mano, juega a las cosquillas, entre otras cosas.
Muchas veces hacemos hasta lo imposible para evitar las Crisis Sensoriales pero en el momento en que se presentan... ¿Sabes cómo atender una Crisis Sensorial? o ¿Sabes cómo diferenciar una Crisis Sensorial de un Berrinche? y ya ¿Sabes cómo manejar los Berrinches?